martes, 26 de enero de 2010

LOS INVIERNOS DE PAULINO


El frío no te acoquina,
no me cuentes otra cosa,
que calor da la cocina
y calor te da la esposa.

Se que la nieve no pisas,
ni te cae entre las canas,
que tu te partes de risa,
viéndola por la ventana.

Y viendo lo se, pillín,
el paso de las vecinas,
y entre culín y "culín"...
ahí va un caldo de gallina.

Y así pasas el Invierno,
sin penas y con gran gloria,
rellenando los cuadernos
de Pero Niño y su historia.

Y me alegro que así sea,
que así llegarás a anciano.
Dios quiera que yo lo vea,
para estrecharte la mano.


Tinuco


Debo de rebatirte amigo Tinuco
más cuando volvamos a vernos
estás tú que muy equivocaduco
sobre lo que sé yo de inviernos

Cuando de niño venía a estudiar
al centenario colegio de La Salle
al volver a casa no podía pasar
porque las aguas cubrían el valle

Unos ocho años tenía aquel niño
que de San Felices venía andando
en largo camino se venía mojando
y el río desbordado no era el Miño

No era otro que el mismo Besaya
que carecía de un encauzamiento
el que pasa junto a tu casa, vaya
y sabes bien que yo jamás miento

Buelnuco

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