MIRA … QUE YO A TI TE MIRO

Mira que te mira Dios,
mira que te está mirando,
mira que te miro yo…
al menos de vez en cuando.

Pero tú y no sé porqué
me cierras esos ojitos,
que apagados cual quinqués
extinguen lo más bonito.

¿Por qué tus ojos apagas
y me llenas de desaires
si mi mirada te halaga
cuando te muestra donaires?.

Arrullos de mi soleo
era cuando me mirabas,
hoy te miro y ya no veo
más que nieblas enervadas.

Ni se ve el parpadear
que abanican tus pestañas,
ni el guiño de las mañas
en la luz de tu mirar.

No está el mal en tu retina,
está en que no quieres ver
el resplandor de platina
con que yo te miro…mujer.

Es un azabache enojo
la falta de tus fanales,
porque prendes mis abrojos
y apagas mis ideales.

No me prives del albor
que a mi vida da sentido,
abre tus ojos heridos…
¡yo te pido ese favor!.

Mira que te mira Dios,
mira que te está mirando,
mira que te miro yo…
al menos de vez en cuando.

TROTAMUNDOS

Su madre era mulata,
su padre era portugués,
él, marino de fragata
y nacido en Avilés.

Va atravesando los mares
desafiando destinos,
luchando contra avatares
y empeños de los caminos.

Traficante de tabaco
y tahúr en las cantinas,
de la pandilla de Baco
y amante que se empecina.

Duerme con un ojo abierto
y el rezo de su espada,
con el ansia en la llegada
por arribar en un puerto.

Donde buscando la suerte
por burdeles y tabucos
ve la cara de la muerte
que juega naipes de truco.

Es sombra de callejones,
ventajista de ocasión,
arlequín en las reuniones
y ansioso por el doblón.

Es retador en reyertas
y burlador de maridos,
corazón de tumba abierta
y alma de desabrido.

Y así doblen carillones
por muerte que él motivase,
escueto será en la frase:
“Que le den sus oraciones”.

Tan sólo el mar lo sosiega
con la música marina,
de esa ola que inclina
al barco que se doblega.

Tenía una barca de palas
y una casa de ladrillo,
pescaba entre cala y cala
lo que vendía en mercadillos.

Dicen sin que oiga su oído:
Que allá por las Azores
tuvo con dama amores
que no fueron permitidos.

Él pobre, ella con rentas,
hija de un acaudalado
que lo tenía acorralado
y puesta su vida en venta.

Hubo de salir corriendo
para no salir corrido,
carga que lleva sufriendo
y que lo ha vuelto bandido.

Siendo niño era normal
y noble de adolescente,
pero el amor le hizo mal
y se volvió mala gente.

Del amor pasó al rencor
y de orar a la blasfemia,
de lo serio a la comedia
y de honrado al error.

Taciturno y pensativo
y mirando en lontananza,
con el único objetivo
que es la sed de su venganza.

Mira al mar que es su querida,
sin más afán que existir,
pues no le deja vivir
el amor que hubo en su vida.

Ayer hombre genuino,
hoy personaje iracundo,
donde el Diablo es padrino
que bautiza a Trotamundos.

GARRAFILLAS

Nació en una aldehuela
entre miseria y oprobio
sin padre que fuera fijo,
fue criado por la abuela,
mujer que vendía botijos
con licencia de un cenobio.

Con catorce ha florecido,
el colegio se terminó,
se acabó lo que se daba,
que el hambre no hace cumplidos
y toca ganar las habas…
y punto y san se acabó.

A rodar por los cortijos
con el sol o con la helada
y el atropello del mal,
sin saber si el pan es fijo,
con la mente atribulada
de un pecado original.

Es escuálido y moreno,
tiene el pelo ensortijado
y gasta faca afilada,
duerme entre los centenos
con sueño desosegado
y acunado por la nada.

Hoy deambula entre la jara,
mañana entre alcornocales,
de pasado no hace avance,
pues cada día es una tara,
que no avisa cuando sale
para lanzarle otro lance.

Él camina a tumba abierta
porque es carne de cañón
y osamenta de osario,
la serranía es su puerta
que se abre sin farallón
a su tétrico rosario.

Trapichero de hojalata,
robador de gallineros
y estafador en las ferias,
esa es su clara posdata
que es propia del desespero
que le siembran las miserias.

Va de cortijo en cortijo
y de poblado en poblado,
siempre con sus trapicheos,
lejos le queda lo fijo
cerca salir escaldado
y aguantándose el cabreo.

Sólo es un vagabundo
perdiendo toda apuesta,
sin historia que referir,
volteado por el mundo,
con sus miserias a cuestas
y afán de sobrevivir.

Los años le van cambiando,
necesita patrimonio
y una vida que alcanzar,
se enteró, no sabe cuando
y quizá por el demonio,
de la vida militar.

Hoy… la madre en el asilo,
un hermano está en prisión,
otro robando carteras,
otro con la droga en vilo,
la hermana hace la “carrera”,
pero él… ¡¡está en la legión!!

Y al llegar Semana Santa,
cuando piensa en lo que ha visto,
es cuando empieza a creer
que el que quiere se levanta,
y da las gracias a Cristo…
El Cristo del Gran Poder.

¡¡Caballero legionario!!,
al final encontró meta
allá por Ceuta y Melilla,
de España es misionario
en la banda de cornetas…
donde toca Garrafillas.

A PEDRO CAMPUZANO GÒMEZ

Hay amigos, compañeros,
camaradas, conocidos
o colegas o aliados.
Nadie se sienta excluido
ya que a todos os quiero,
pero… a Pedro hemos llegado.

Pedro Campuzano…(el Rey)
de Los Corrales nativo
y del Mundo embajador,
un caballero de ley,
muchas veces preceptivo
y otras muy batallador.

Le gusta marcar los cierres
cuando justo le parece
y machaca erre que erre
sin bajarse de sus trece.

De derechas a toda luz,
de cristiandad verdadera,
la Patria lleva en su cruz
y otra cruz en su bandera.

Arcaico en sus valores,
propios de su atavismo,
porque en lejanos albores
él los mamó del franquismo.

Es una insignia que porta
muy dentro del corazón,
porque de verdad le importa
y la asume en su razón.

Él es él… y es y será,
lo lleva en su biología,
escrita en su antología
y que nunca cambiará.

Honrado a carta cabal,
eso de bueno lo tiene,
pues no mira si conviene…
sólo mira si está mal.

En todo tema ilustrado
y sin mostrar presunción,
de lo que sabe ha enseñado,
tu eres Pedro un campeón.

Con la franqueza en la mano,
lo digo sin reticencia,
pues tu vales Campuzano…
lo que vale una eminencia.

Es una suerte, un honor
que tu amistad me reiteres,
yo te quiero, tu me quieres…
¿puede haber algo mejor?.

Y al exponer tu figura
lo hago con hidalguía,
no hay afán de hacer fisura
a quien yo tengo por guía.

Por donde vas dejas huella
y un rastro por donde vienes,
tu aura rezuma bienes
y alcanza a las estrellas.

Y, aunque a las nubes miras,
sabes pisar en la tierra,
pero a veces tanto giras
que hasta das bastante guerra.

Es difícil entenderte
algunas veces…Pedrín,
pero muy fácil quererte…
desde el principio hasta el fin.

Tinuco

ENTENDIMIENTO

No quieras ser quien no eres,

es mejor que seas tú mismo,

no busques comparaciones,

ni busques protagonismo,

que valoren tus acciones.

Quien pretende destacar

enseñando pluma y pecho,

cual si fuera un cabecilla,

ya es necio por derecho

y a sí mismo se mancilla.

Puedes ser tú, siendo uno,

pero acóplate en el bloque

con la mejor sintonía,

lo contrario es ser bodoque

o una mera medianía.

Nunca busques el aplauso,

inquiere en merecimiento

con modestia manifiesta,

verás reconocimiento

en tu apoyo o protesta.

Parte siempre del concepto

de que otros tienen ideas

y de diferente saber,

ni te obliguen que las creas

y ni les impongas tu creer.

Con la lógica convence,

sin ímpetu, ni violencia,

sin segundas intenciones,

muestra amor y muestra ciencia,

que esas son buenas razones.

Porque ese pensar te avala,

es buena contrapartida

para cualquier evento,

pues si atacas con batidas

creas errores de lamento.

Y nunca intentes lograr

éxito en un santiamén,

dale tiempo a tu argumento,

que a veces, de veces cien,

una vale más que un ciento.

Pues cada ser es un mundo

y en el Mundo hay muchos entes

esperando un redentor,

si salvador no te sientes,

sé un buen dialogador.

Y así aportas tu granito

a la sociedad global

donde tú estás ubicado,

Si esto te suena cabal…

el primer paso lo has dado.

LA VERDADERA AMISTAD

Si eres amigo un instante,

en verdad que no me importa,

para mi es trascendente…

más a la larga que a corta.

Pues la amistad perdurable

es un buen lazo de unión,

que llega a ser entrañable…

sin saber porque razón.

Es como un caldero lleno

donde yo noto y tu notas

que entre lo revuelto flota…

que lo turbio es hasta bueno.

Y es ahí donde se afianza,

con manifiesta humildad,

una limpia confianza…

que hace grande la unidad.

Y así quedarán unidos

en su perfecta mesura

los amigos que han sabido…

marcar una compostura.

¿Pues qué vale querer hoy

y ya no querer mañana?

Eso es te quito o te doy….

desproporción o desgana.

Puede existir un enfado

transitorio o fortuito,

intenta dejarlo a un lado…

el premio será bonito.

Que la vida son dos días

y eso si tienes gran suerte,

perdona con alegría…

para que puedan quererte.

Próxima la Navidad,

donde Cristo puso un hito,

viene bien un abracito…

como símbolo de paz.

Que Jesús en el pesebre

no tenga ya que temblar,

mejor, verle que celebre...

nuestra muestra ejemplar.

AMOR QUE TE FUISTE AMOR…

Dulcemente la cantaba

y ella alegre sonreía

en lo alto del caserío,

mientras las vacas pastaban

y mientras el sol lucía

reflejándose en el río.

Sus ojos eran candiles

chisporroteando amores

a la lumbre de los míos.

Nuestras caricias febriles

entre retamas de flores

decían: ¡¡cariño mío!!.

Cada arrumaco y mohín

era un adorno del cielo

que tañía en el corazón.

Cada palabra un tilín

que se escapa en su vuelo

sin pedir explicación.

Veinticuatro horas del día

no bastaban para amar

en aquel bendito edén.

Cada minuto pedía

el no quererse acabar

y el no mostrar un desdén.

Pero negros nubarrones,

surgidos por el destino,

turbaron aquella cita

y de aquellas vibraciones

ya se extinguieron los trinos

y lo que queda son cuitas.

Desolado el caserío

donde la risa brotaba

al son de los sus amores,

hasta turbio baja el río,

ya no hay vacas que pastaban,

marchitas están las flores

Cada uno a un lugar

les separó el infortunio

que en el recuerdo da llantos.

Ya sólo se ve el vagar

de una luna en plenilunio

que refleja los quebrantos.

Una lágrima patina,

agria como la añoranza

de perder cuanto has perdido.

AMOR que se vuelve inquina

es como herida de lanza

que te deja mal herido.

Y ya no esperes piedad,

el tiempo trae lo indolente,

borrando el bello color.

Yo sigo sin buscar paz,

diciendo incesantemente…

¡¡Amor que te fuiste amor!!.

Tinuco