martes, 23 de febrero de 2016

EL VALS DE ROSARIO













En la dúctil armonía
de un vals imaginario,
entre ocultas celosías
está bailando Rosario.

No hay música que toque,
ni movimiento bailón,
las notas son el enfoque
que la escribe su razón.

Está con sus pensamientos,
está con sus fantasías,
está midiendo sus días
y calibrando momentos.

Se complace al recordar
la ofrenda vehemente,
que la vida en su girar,
la dio signos atrayentes.

Unos son recordación,
otros, teclas muy recientes
que se hacen oración
en las cuentas de su mente

. Que la forjan presagiar
un futuro pretendido,
cascabeles que al sonar
entusiasman sus sentidos.

Tiene los años precisos,
la belleza que la queda,
deseos aún sin veda
y del tiempo los avisos.

Un momento sosegado
que transportada la deja…
ha tenido y ha tocado
lo que su deseo coteja.

Mas la vida cotidiana
la despierta y zarandea,
su vigilia toca diana
para empezar la tarea.

La aspiradora tiene
entre la mano derecha,
a la vez que va y viene…
del suelo coge una percha.

En su hacer se obstina
en que todo pulcro quede,
sin nada que se le enrede…
ya marcha hacia la cocina.

Donde la vasija dora
y prepara una cazuela,
a la vez que gira y vuela
a poner la lavadora.

Rauda en su movimiento
que a ratos es un ciclón,
la cama acalda con tiento
y limpia la habitación.

Ya piensa en ir al mercado
y sabe que ha de comprar,
de lo bueno y rebajado…
pues no es bueno malgastar.

¿Qué pongo hoy para comer?
¿pasta, sopa o cocido?,
que no sea lo de ayer…
que se enfada mi marido.

Para la cena, sardinas,
de postre unas manzanas,
para mañana gallina…
leche para la semana.

Al regreso, sin tardanza,
ha de planchar y coser
y, si el tiempo le alcanza,
algo más habrá que hacer.

Y si en la noche el esposo
le apetece hacer “cositas”,
ella como una bendita…
dará calma al fogoso.

Así es la mujer divina
que quiere todo marido,
cocinera en la cocina…
y buena amante en el nido.

¡¡Ay Rosario, Rosarito!!
ese es el vals que tú tienes,
así que piensa un poquito…
si es lo que a ti… te conviene.















Tinuco

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